martes, 30 de marzo de 2010

28.03.2010. Mitja Marató de la Calçotada.



Fin de semana en la Comarca del Alt Camp de Tarragona que no conocía y de la que he venido maravillado por su gente, por sus paisajes, por su hospitalidad...
Llegué en Ave a la estación de "Camp de Tarragona", situada a unos 15 kilómetros de la ciudad de Valls, capital de la comarca, el sábado a mediodía.
Ya por la tarde,aproveché para visitar esta bella ciudad cuna de los castellers y de la calçotada. Destacaría de la ciudad la Plaza de "El Pati", la Plaza del "Blat" y la Plaza de "l'Oli", y su maravillosa iglesia de "Sant Joan", con un campanario de estilo neogótico de 74 metros de altura y que es el más alto de Cataluña.
Ya el Domingo había que madrugar, (esa noche era el cambio de hora), desayuno buffet en el Hotel Class Valls, y a las 10:00 comienzo de la carrera.
Se celebran a la vez dos carreras, "la Cursa del Calçot" de 11'5 km. y la Mitja Marató. Empezamos unos 600 corredores. Corremos juntos hasta el kilómetro 4, los corredores de la Mitja llegamos hasta el bonito pueblo Alió, pasamos también por Bràfim y por Puigpelat para regresar de nuevo a Valls.
El tiempo final 1h45'10'' clavando los tiempos de paso a 5 minutos el kilómetro.
Después de la carrera, ducha en el Hotel y Calçotada en la Masia Bou "Casa Pairal de la Calçotada", donde nos juntamos 300 personas entre corredores y familiares, para disfrutar de una auténtica fiesta gastronómica. Menú: Calçots amb la seva típica salsa, llonganissa amb mongetes, carn de lletó a la brasa, crema catalana, vi blanc, priorat, cava y cafè..
De agradecer la amabilidad y cortesía de Maite y su marido Joan Carles, organizadores de la prueba, que se ofrecieron para llevarme en coche al restaurante y más tarde acercarme hasta la estación del Ave. Merci amigos.

Un maravilloso fin de semana en Cataluña, y con Tarragona ya son 37 provincias españolas en las que he corrido... ya sólo quedan 13.

sábado, 20 de marzo de 2010

MARATÓN DE MARRAKECH. 31.01.2010




Es mi primer Maratón en el Continente africano y espero que no sea el último, ya que ha sido una experiencia inolvidable.
Daniel, el francés dueño del Ryad "Lawrence d'Arabie", nos ha preparado el desayuno a las 06:30 (mi amiga Anita al final decide pegarse el madrugón y desayunar conmigo; zumo de naranja, café con leche y tostadas con mantequilla y mermelada para recargar las pilas.
A las 07:15 ya estamos dispuestos y nos dirigimos hacía la salida, atravesamos la Plaza de Jemmaa-el Fna, irreconocible a esta hora tan temprana, apenas hay gente.
Llegamos alrededor de las 07:45 y aprovecho para que Anita me haga unas cuantas fotos con la bandera de España. Compruebo que el servicio de ropero consiste en una carpa donde la gente deja sus mochilas, pero sin vigilancia, menos mal que mi amiga se queda con mi mochila. Tampoco hay urinarios lo que se ve compensado con un inmenso descampado al lado de la salida donde aliviarse.
Con algunos minutillos de retraso se dá el pistoletazo de salida, me despido de Anita y la emplazo para dentro de unas 4 horas aproximadamente.
Los primeros kilómetros trascurren por una zona residencial, para más adelante adentrarnos en los magníficos jardines de "La Menara".
El control de chip del kilómetro 10 se encuentra en la zona de los jardines de L'Agdal, donde se corre rodeado de naranjos y olivos. En el kilómetro 12 nos separan a los corredores que participamos en el Maratón y a los que lo hacen en la prueba de Medio Maratón que se disputa conjuntamente. Volveremos a juntarnos a los 3 kilómetros aproximadamente y llegado el kilómetro 19 ya nos separamos definitivamente.
El Medio Maratón lo debí pasar en 1h45', ya que no estaban señalizados todos los kilómetros y las referencias eran los puestos de avituallamiento cada 5 kilómetros y los puestos de esponjas para refrescarse cada 2'5 km.
En muchos avituallamientos habían niños que corrían a tu lado unos metros para que les dieras lo que te sobrase de la botella de agua mineral, a la vez que te regalaban sus ánimos y su sonrisa.
A partir del kilómetro 23 la carrera discurre por unas urbanizaciones donde se intuyen residencias de lujo acorazadas por grandes muros y vigilantes de seguridad en la puerta; es la zona rica de Marrakech.
Del kilómetro 25 al 30 atravesamos los "Jardines de la Palmeraie", un extenso palmeral, grupos de camellos con sus camelleros esperando a los turistas y todo con la espectacular vista del Atlas con sus nevadas cumbres.
El control de chip del kilómetro 30 lo paso en 2h45' hasta aquí según mis previsiones.
Hacía el kilómetro 31 tomamos la Av. Mohammed Abdelkrim el Khatabi, que nos conducirá prácticamente hasta la línea de Meta; se trata de una avenida muy amplia, pero en uno de sus sentidos se encuentra abierta al tráfico de vehículos.
A partir del kilómetro 35 se me presenta el "tío del mazo" y claro me paro a saludarle, ya que también tengo pequeños calambres en las piernas.
En el avituallamiento del 40 me paro a beber tranquilamente y a comer un par de dátiles. Sólo quedan dos kilómetros pero se me hacen eternos... en la parte final hay algo más de animación...
Por fín al final de la Avenida Mohamed VI torcemos a la izquierda y a lo lejos ya se vé el Arco de "Red Bull" del kilómetro 42.

"Peeeeeeeeeedro", ahí está Anita, gritando sin parar; aprovecha para hacerme alguna foto y darme una bandera de España, que me acompañara los 195 metros finales hasta la línea de Meta.
Termino el Maratón en 3h55'52''. Me colocan la medalla y aprovecho para dar la Enhorabuena al corredor que entra detrás mío, que también es español. Según he podido ver en la clasificación fuimos unos 40 corredores españoles los que conseguimos acabar. Quedé en el puesto 337 de 649.

Y que decir de la ciudad de Marrakech... una ciudad para ser visitada, pateata, olfateada, oida, palpada, sentida... en definitiva una ciudad para ser disfrutada con los cinco sentidos.
Lo más impresionante la Plaza de Jemma el Fna, ¿Por qué?, ¿Por su belleza?... Declarada Patrimonio Oral de la Humanidad por la Unesco, es difícil de describir, pero se trata de una gran superficie irregular, con edificios bajos de 3 alturas como máximo y dominada por la "Koutubia" (la torre de la Mezquita). La Plaza alcanza el apogeo y la máxima concentración de gente al atardecer.
Muchísimo ajetreo y personajes de lo más variopinto: encantadores de serpientes, domadores de monos, charlatanes, aguadores, cuentacuentos, bailarines, tatuadores de henna y multitud de puestos de todo tipo, entre los que destacaría los de zumos de naranja y los de comida..
Y que decir del caótico tráfico, que parece que se autorregule sólo.
Pequeñas motocicletas, bicicletas y carros tirados por caballos que te esquivan en el último momento cuando el atropello parece inevitable... Anita me enseñó a que lo que no debes de hacer es dudar o quedarte parado, ya que es el conductor del vehículo el que te evitará en el último instante; pero aún así se pasa algo de miedo. Lo curioso es que en los días que estuvimos, no vimos ni un sólo accidente.
En definitiva una ciudad llena de vida, de contrastes... MARAVILLOSA.

Gracias Anita por compartir este viaje conmigo.